El Museo del Escritor es una iniciativa de Abraham Méndez Ramos (Madrid 1941). Catalán de adopción desde los 6 meses. Empresario del sector servicios.
Por sus inquietudes sociales logró el Record Guinness de "más cartas al director publicadas en todo el territorio nacional".(1215 en 66 periódicos/revistas).
Escritor autor de 10 libros de diferentes temas: Epistolar, ensayo, poesía, narrativa, biografía, religión...).
Colabora en 2 emisoras de radio. Radio Premiá de Mar y Ciutat Vella de Barcelona.
Es presidente del Club del Escritor Desconocido y vice-presidente de la Tertúlia poética Armonía.
Pintor de cuadros en colage-surealistas y obras de alambre de acero. Reciclado de temas tenísticos.
Autor de láminas-colage surealistas con letras, cartas, mensajes y horóscopos.
Amante de la escritura, los libros y la comunicación se aficionó a coleccionar piezas y motivos sobre estos mundos.
La creación del Museo del Escritor se basa en la idea de conservar un patrimonio cultural, mostrar unos movimientos literarios y de comunicación y estimular lo didáctico del coleccionismo, hecho todo ello con esfuerzo físico, intelectual y económico. Pretende devolver a la sociedad lo positivo que de la misma recibió: Cultura, educación, civismo, tolerancia, diálogo, respeto...
El visitante, en su recorrido, verá en sus estanterias y paredes piezas insólitas. Una muestra de lo que fue y conqué útiles se escribía. Una evocación, un homenaje a la escritura, los libros y los medios de comunicación.
Provoca admiración la colección de "Corbatas Literarias" únicas en el mundo, sólo contienen motivos de libros, plumas, lápices, periodismo, etc.. Observará una exposición de secantes tipo barca y de cartulina, que en su día hicieron la delicia de los escolares. Plumas de ave, pequeñas colecciones de lápices, bolígrafos, cajitas de porta-plumas, tinteros, escribanías, cuadros, fotos, litografías y una colección de gomas de borrar.
Podrán leer unos diarios muy originales con viejos colages (pegados) de temas de educación, información y formación que el autor conservó como referente cultural (alguno desde 1962).
Nuestros jóvenes conocerán un mundo mágico, en parte desaparecido y nuestros mayores recordarán, con nostalgia, la vieja pluma de madera que usaban en su pupitre de la escuela. Hoy nuestros hijos o nietos pasan de los palotes al ordenador. Objetos que jamás volveremos a utilizar, hoy son piezas de museo.